Capítulo 48: Un rayo de esperanza

¡Sí! ¡Eso es! Nuestra salida.

Por el rabillo del ojo, vislumbro una línea larga y anormalmente recta adherida a la pared de la cueva a unos quince metros de distancia, una larga cinta de cobre brillante ligeramente oculta por una maraña de raíces gruesas de árboles que se aferran a ella.

Es una tu...

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