Capítulo 28 Deseo prohibido parte 8

—Te deseo Caleb.

—Hace un rato decías que estabas agotada.

Ignora mi comentario y toma mi mano libre, la cual lleva hasta su dulce intimidad, donde mis dedos se dejan arrastrar como si tuviesen vida propia y se adentran en ese lugar ya conocido, dándome la bienvenida como a un viejo amigo.

—¡Por Dio...

Inicia sesión y continúa leyendo