Capítulo 162: Enlodar las aguas

Diana no se detuvo. Condujo directamente al apartamento de Clio y dejó la pila de currículums que había tomado de la oficina abandonada sobre la mesa de café.

—Estas chicas pueden haber sido enviadas al extranjero bajo el pretexto de trabajo —dijo, con tono cortante—. Revisa sus registros de salida...

Inicia sesión y continúa leyendo