PRECIO DE LA SANGRE

Perspectiva de Layla

Mmm… jajajaja.

No podía dejar de sonreír, caminando de un lado a otro sobre la alfombra de mi suite como una niña que acaba de desenvolver el regalo que había estado suplicando. Mis tacones resonaban contra el suelo pulido, demasiado agudos, demasiado rápidos, pero, dios, no m...

Inicia sesión y continúa leyendo