EL MARCO

El lirio rojo estaba en mi mesita de noche.

No lo había tirado.

No sabía por qué.

Tal vez quería mostrárselo a Sebastián. Tal vez quería pruebas. O tal vez... una parte de mí simplemente no podía dejar de mirarlo.

Parecía inofensivo. Suave. Rojo brillante con pétalos rizados. Pero yo sabía mejor...

Inicia sesión y continúa leyendo