LA PUERTA ENTRE LOS MUNDOS

El segundo en que tocaron el suelo, supe que algo estaba mal.

Sebastián no se movía. Su cabeza cayó hacia un lado, con sangre corriendo desde detrás de su oreja.

El cuerpo de Evelyn brillaba tenuemente, como si la luz de la luna se hubiera impregnado en su piel. Pero tenía los ojos cerrados. Sus l...

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