LO QUE LAS LLAMAS NO ARDIERON

La venda en mi costado estaba empapada. Podía sentirla pegándose a la carne cosida debajo cada vez que me movía, por eso no lo hacía.

Lucas me lanzó una botella de whisky y no dijo nada. Esa era su versión de preocupación.

La atrapé con mi mano buena, tomé un trago y dejé que el ardor se asentara ...

Inicia sesión y continúa leyendo