Capítulo 37: Acurrucarse más

Antonio se movió en su sueño, una ligera arruga frunciendo su ceño, con los brazos cruzados firmemente sobre su pecho. Dormir en el suelo de su propia casa era lo último que habría pensado que le sucedería, pero después de que la señora Yasmin les mostró la habitación que compartirían, y sabiendo qu...

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