CAPÍTULO VEINTICINCO: UN POCO SOBRE MÍ

Aiden

—¡Maldita sea! ¡Maldito sea él! ¡Lo mataré si vuelve a ponerle las manos encima!— dije mientras agarraba una copa de vino de mi gabinete y la lanzaba contra la pared. Estaba más allá de furioso. Siempre intentaba reclamar lo que era mío y eso no me sienta bien. No soy la persona con la que jo...

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