Capítulo 348

No fue hasta que Rhett salió por las oxidadas puertas del orfanato que Leroy golpeó el suelo con su pie y maldijo —¡Maldita sea, bastardo, desgraciado, imbécil...!

—Guárdatelo para cuando lo atrapes —dijo Kelvin, volviendo su mirada. —Enfoquémonos en la tarea que tenemos.

Kelvin dio una orden y su...

Inicia sesión y continúa leyendo