Capítulo 38

El sabor dulce explotó en sus papilas gustativas.

Sienna le sonrió.

Orlando se apoyó casualmente contra la pared, su mirada ligeramente baja, la luz iluminando su rostro como una pintura perfecta.

Era difícil de definir, con la suavidad de una acuarela pero la audacia de una pintura al óleo.

La ...

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