Capítulo 75

Kelvin sacudió su teléfono. —Lo pagué.

Se dio vuelta para irse.

El vendedor lo detuvo. —No has pagado por la hamburguesa.

Kelvin dio un mordisco y se infló las mejillas. —No me queda ni un centavo. ¡La Srta. Kingsley es demasiado codiciosa!

El vendedor murmuró. —Pero solo estoy manejando un pequ...

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