CAPÍTULO DIEZ

En ese momento angustiante, me sentí completamente vulnerable e impotente, atrapada en una pesadilla de la que parecía no haber escape. Mis súplicas quedaron en el aire, un desgarrador grito de misericordia ante una violación inminente e indescriptible.

"Por favor, por favor déjame ir, limpiaré y f...

Inicia sesión y continúa leyendo