CAPÍTULO VEINTICUATRO

Cuando el sol de la tarde comenzó su lento descenso más allá del horizonte, proyectando largas sombras a través del claro, Hailey y Silver se quedaron frente a frente. La luz menguante pintaba sus rostros con un cálido tono dorado, acentuando la comodidad que sentían en la presencia del otro. Tenían...

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