Capítulo 41

Miré al techo de mi habitación con una almohada apretada contra mi pecho. Mi cuerpo hormigueaba en una docena de lugares diferentes y si me levantaba demasiado rápido, un dolor agudo en mi espalda y piernas me hacía sentarme de nuevo. Cahir me había doblado de maneras que no pensé que fuera lo sufic...

Inicia sesión y continúa leyendo