Capítulo 55

Me alcanzó. Por supuesto que me alcanzó. Él era el cazador y yo la presa. No había forma de escapar de un cazador tan hábil como Cahir Armani.

—Quédate.

La orden que salió de sus labios—las palabras que salieron de sus labios, no eran suyas. ¡La voz no era suya!

Mis ojos se movieron por todas par...

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