Capítulo 94

Mi boca estaba seca mientras conducíamos al hospital con mi compañera sentada a mi lado. Ella no decía nada, permanecía en silencio junto a mí. Muchos pensamientos pasaban por mi cabeza, pero ninguno se quedaba el tiempo suficiente para aferrarme a él.

—Esto es ridículo— maldije en el coche silenci...

Inicia sesión y continúa leyendo