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Capítulo 33 – Niebla

—¡QUE TE JODAN! —escupió Randall mientras yo le daba otro golpe que le rompía las costillas.

—¡Podemos hacer esto todo el día! Como estoy seguro de que recuerdas, tengo un sanador que puede curarte una y otra vez si tu lobo se rinde —me burlé del pedazo de mierda colgado en la...

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