Capítulo 8. Sacrificio Terrenal

El monasterio de San Judas siempre fue mi refugio. Un lugar de muros fríos donde el único sonido era el eco de mis oraciones. Pero hoy, mientras caminaba hacia el despacho del Padre Superior, las baldosas bajo mis pies se sentían como brasas. Llevaba el peso de la noticia y el de mi propia decisión ...

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