Capítulo 52: No estropear

El sol de la tarde bañaba el parque con un resplandor cálido mientras Amaryllis corría a través del césped, su risa resonando como una melodía. Azarius la perseguía, su rara sonrisa suavizando sus rasgos habitualmente severos.

Desde mi lugar en la manta, los observaba, mi corazón hinchándose por su...

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