¡Rayo! ¿Qué haces en mi habitación?

Al llegar a casa, Rani, la asistente personal de Ray, muy profesional, se mantuvo amigable e incluso abrió la puerta del coche para mí y mi madre. Ambas le agradecimos sinceramente.

—Gracias, Rani —dije con genuinidad.

Rani sonrió y respondió educadamente:

—De nada, señorita. El señor Ray se preo...

Inicia sesión y continúa leyendo