¡Mamá, papá, por favor!

Sin darme oportunidad de hablar, mi padre inmediatamente me golpea la mejilla con fuerza. Escucho el impacto doloroso, haciendo que mis oídos zumban. El dolor se extiende por mi rostro, y puedo sentir mi mejilla enrojecerse por el golpe. Estoy en shock y aturdida, incapaz de creer lo que acaba de su...

Inicia sesión y continúa leyendo