Capítulo 32 Me torturas

No quería lastimarla, a cambio él debía aguantarse ser un salvaje para que ella pudiera disfrutar.

—Me torturas, Liana. No te imaginas lo mucho que me torturas mujer —gime contra sus labios.

Algunas hebras de su cabello húmedo estaban desperdigadas por su rostro, mientras que ella lo miraba con aque...

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