Capítulo 37 Derrama su esencia en su mano

Sus muslos se tensaron un poco y la cavidad de su coño palpitaba, en unos segundos se correría de eso no había duda. Siguió penetrando su vagina con el dedo y opto por meterle otro dedo.

—¡Ahhhh! —jadea más fuerte.

El movimiento de su cadera pasó a ser un poco más rápido, golpeaba su mano con bestia...

Inicia sesión y continúa leyendo