No hay salida

Las horas pasaron lentamente. Anastasia alternaba entre caminar de un extremo al otro de la habitación y permanecer inmóvil sobre la cama, contando los minutos que se convertían en horas. Su mente trabajaba de manera febril, analizando cada detalle de su captor, cada palabra que había pronunciado. H...

Inicia sesión y continúa leyendo