De regreso a Los Ángeles

Svetlana observó el rostro dormido de Dimitri bajo la luz azulada de la cabina del avión. Parecía tranquilo, casi en paz, con la cabeza ligeramente inclinada contra la ventanilla y las manos relajadas sobre su regazo.

Cualquiera que lo viera pensaría que era un hombre de negocios agotado tras una la...

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