Herido

Anastasia se quedó inmóvil en el umbral de la puerta de la cocina con el corazón latiéndole como loco. ¿Ya se había terminado? ¿No quedaban más hombres armados? ¿Nadie más vendría a intentar matarla? Aún no entendía cómo su vida había pasado de la monotonía y la tranquilidad absolutas a una lucha co...

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