Te perdono

Anastasia le limpió la herida con el mayor cuidado posible, aplicando desinfectante y presionando para detener el sangrado. Aleksander se mantuvo estoico, aunque ella podía ver el dolor en la tensión de su mandíbula y en las gotas de sudor que corrían por su frente.

—No te voy a mentir —le dijo ell...

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