No más oportunidades

Las cuerdas cayeron de las muñecas de Mika y las manos de su padre lo ayudaron a sentarse. Todo giraba. La habitación daba vueltas y las voces sonaban distorsionadas. Pero la adrenalina comenzó a bombear por sus venas apenas se dio cuenta de que todo aún no terminaba. Seguían en peligro.

—Mika, ten...

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