Un futuro por delante

Alina dejó el pincel sobre la esquina dañada del cuadro por tercera vez. No estaba concentrada. La mano le temblaba y había arruinado la mezcla de colores dos veces ya. Se limpió los ojos con el dorso de la mano y manchó su rostro de pintura.

Eran las cuatro de la tarde, la boda había comenzado hací...

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