21 - Sala de estar

Sus ojos se entrecerraron mientras miraba a Azael.

—¿Qué te pasa? ¿Y todo lo que hiciste fue reírte? —replicó enojada.

—¡Dios mío, Ellah! La bofetada que le diste duele mucho. No tienes idea de lo feliz que fui cuando abofeteaste a mi amigo idiota Cuhen. ¡Maldito cretino! No me sorprendería si el ...

Inicia sesión y continúa leyendo