39: El tratamiento silencioso

Tristan

No llegué a tiempo al trabajo, principalmente porque conduje con la mente más distraída del mundo. No podía dejar de pensar en el encuentro con mi padre y en las cosas que había dicho. Era absurdo, pero no podía evitar las dudas que inundaban mi cabeza. ¿Y si mi padre tenía razón? ¿Y si...

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