Capítulo 39.

Pasó más de un mes en el que se formó una nueva rutina.

Despertar, ayudar en lo que fuera que me asignaran, comer, regresar al dormitorio, acurrucarme unos minutos con mi hija y luego esperar el llamado a los baños, donde restregaban mi piel hasta hacerme sangrar.

Después, el día podía tomar di...

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