Capítulo 44.

Ni siquiera tuve tiempo de pensar. Solo vi una sombra moverse, un gruñido, y el aire cortarse antes de que el puño de Kraiven pasara rozando mi cara y destrozara la pared detrás de mí.

Rodé hacia un lado, chocando con el borde de la cama de Markos, y sentí cómo los tablones del suelo crujían ba...

Inicia sesión y continúa leyendo