Capítulo 53.

—Bien —dije al fin, respirando hondo—. Entonces… explícame exactamente qué esperan. Y cómo mierda planeas que sobreviva a esa pelea. Vi los músculos del oso; a pesar de su estado parece que tiene una vida de peleas ganadas.

Markos apoyó las manos en mis muslos, firme pero sin apretar, solo para obl...

Inicia sesión y continúa leyendo