Capítulo 35. Eres mía.

Un silencio tenso fluyó entre ellos mientras se despedían del personal y se marchaban de la farmacéutica. Ya en la carretera, Samuel no pudo soportar el mutismo de la mujer.

—Amelia, escucha…

—¿Te encerraste con la contadora en la oficina estando yo allí?

Él respiró hondo antes de hablar.

—Discu...

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