Damisela en apuros III

El hombre suelta mi brazo y me empuja hacia adelante, haciéndome tambalear y caer al suelo.

—Puttana, de todas formas no lo haría —dijo. Gio escupe indignado, sacudiendo la cabeza. Me levanto y corro hacia él antes de poder siquiera pensar.

—Alejandro.

Mientras corro hacia sus brazos y me aferro ...

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