Capítulo 51 Palabras dulces

Christopher entrecerró los ojos, me miró, sonrió y dijo:

—Intenta hacerlo de esa manera y ve qué pasa.

Su sonrisa era la misma de siempre, pero me asustó. Parecía que en cualquier momento, si me atrevía, podría romperme el cuello de un golpe.

—Está bien, lo intentaré —respondí.

Él se rió, a pun...

Inicia sesión y continúa leyendo