EN SU CAMINO

Desde el día en que Rebecca salió furiosa de mi casa, no la he vuelto a ver. Era como si la tierra se la hubiera tragado. Como a Declan le gustaba jugar a ser detective, me llamó al pub junto a su clínica para darme una información que, según él, no podía decirme por teléfono.

—¿Cuál es la prisa, D...

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