Capítulo 28- D A R I O

Ambrosio entreabrió la ventana, encendió otro porro y lo compartió con Keegan. Me lo pasó y di una calada rápida antes de devolvérselo. Abrí mi ventana y soplé el humo hacia el aire fresco. La neblina se deslizó por mi cabeza como un huevo roto y me relajé en mi asiento.

Después de un corto trayect...

Inicia sesión y continúa leyendo