126. El despertar del guardián

Unos ojos verdes oscuros se abrieron en una hermosa habitación con cortinas de satén color vino que se mecían con la suave brisa, y a través de las rendijas se podía ver el hermoso atardecer. Y entonces llegó a su nariz un sensual aroma de rosas rojas.

Marcus sonrió cálidamente y cuando Amy finalme...

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