26. La batalla entre el ángel y el demonio

—Si no pude protegerla, la vengaré —fue la primera y última frase que resonó en la mente de Augusto durante los últimos días mientras se dirigía con pasos firmes a la casa de Julio César.

Voy a recuperarla, voy a vengarla. Augusto no lo pensó dos veces antes de propinar una potente patada a la puer...

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