Capítulo 16 Capítulo 16

Mis palabras salieron entrecortadas, profundas y suaves, casi rebosantes de excitación. Habría apostado mi casa a que el señor Peterson sabía exactamente cuánto lo deseaba, cuánto me excitaba, solo por el tono de mi voz.

GOLPE.

—Siete, señor.—

Por supuesto que no. No, se trataba de una relación p...

Inicia sesión y continúa leyendo