Capítulo 6 Capítulo 6

Para mi alegría, funcionó. Las semanas volaron: mis diversas extensiones y mis ojos, aún más diligentes de lo habitual, se aseguraron de que todo lo que enviaba no tuviera ni un punto fuera de lugar. Llegaba al trabajo, me ponía los auriculares y, sin prisas, iba cumpliendo con mi carga de trabajo.

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