Capítulo 8 Capítulo 8

Mi mano se deslizó entre mis piernas y comenzó a tirar y anudar mi escaso vello púbico.

—Haré lo que quiera —me imaginé diciendo—. Por favor, señor. Lo que sea.

—¿Algo? —dijo, con su voz grave y sorda.

—Ajá —asentí, echando los hombros hacia atrás y presentando mis enormes pechos a la mirada imag...

Inicia sesión y continúa leyendo