Capítulo 43

La luz de la mañana entraba por las ventanas de piso a techo, bañando las sábanas grises oscuras con un resplandor dorado.

Catherine siempre había sido una durmiente desordenada. Mientras estiraba sus largas piernas, su pie de repente presionó contra algo cálido y firme.

Abrió los ojos de golpe, e...

Inicia sesión y continúa leyendo