La verdad está ahí fuera

Tan pronto como Jane desapareció, Lila se apresuró al lado de Alex.

—Está bien ahora —susurró mientras acariciaba suavemente su espalda una y otra vez—. Nunca más la volveremos a ver.

La mirada de su amigo permanecía fija en sus pies; aunque no pronunciaba una sola palabra, su dolor era palpable.

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