Totalmente jodido

El dulce sabor a duraznos y crema en mi lengua y los gemidos entrecortados que escapaban de sus labios me estaban volviendo loco. Cuanto más se retorcía con su inminente orgasmo, más duro me ponía. Con mi mano libre, moví mis caderas para bajar la parte delantera de mis pantalones de chándal y dejar...

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