Chúpame la polla

Sin previo aviso, Aleksander me jaló del cabello hasta que mi cabeza quedó hacia atrás y él me miraba con una sonrisa peligrosa en su rostro. Su respiración pesada me hizo preguntarme si estaba tan desquiciado como yo me sentía.

"Qué chica tan necesitada. Vas a correrte solo con un dedo sobre tus b...

Inicia sesión y continúa leyendo