No te des placer

Su pequeña mano se deslizó entre nuestros cuerpos, y contuve la respiración cuando agarró mi pene y luego me empujó dentro de sus paredes apretadas. Sabía que no duraría mucho esta mañana.

Pero luego sus dedos cayeron entre sus piernas mientras me montaba. Rodeando su clítoris, luego echó la cabeza...

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